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Qué ver en Liérganes

Puente romano de Liérganes

Si adoras visitar pueblos con encanto, Liérganes es tu destino ideal. Deléitate con estampas e historias idílicas y empápate de su magia. Olvídate del reloj y de las preocupaciones mundanas y piérdete en sus calles empedradas, rodeadas por la belleza salvaje e inconmensurable de la naturaleza que lo rodea.

Queremos que dejes en casa el estrés del día a día, para que disfrutes al máximo de tu visita. Y, para facilitarte la planificación, te brindamos algunas ideas sobre qué hacer en Liérganes. Lo que vas a encontrar a continuación es una guía de atractivos turísticos.

Puente mayor de Liérganes

Todos los lugares tienen iconos o construcciones fetiche, y esta es una de las más representativas de Liérganes. No hay turista que se resista a inmortalizar su retrato junto a este precioso puente de piedra, con la silueta de la también icónica formación montañosa que se dibuja detrás, conocida popularmente como las Tetas de Liérganes.

Los lierganeses lo denominan tradicionalmente puente Romano. Sin embargo, lo cierto es que su construcción es muy posterior a la época romana, pues data del siglo XVI, siendo Bartolomé de Hermosa su artífice.

Pocos saben que esta obra dio lugar a numerosos pleitos con la localidad vecina, Rucandio, que fueron judicializados en la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid, aún en pie e inaugurada por Enrique II de Castilla en 1371. Este rifirrafe fue motivado por el pago de las obras, que debían involucrar a ambos términos, dado que Rucandio, pese a su negativa de asumir parte del coste de la obra, sería el más beneficiado de su construcción. Finalmente consiguieron llegar a un acuerdo.

Al lado del puente podemos encontrar un antiguo molino, que si bien estuvo funcionando hasta finales del siglo XIX, a día de hoy puedes encontrarlo transformado en el Centro de Interpretación del Hombre Pez.

Escultura del hombre pez

Antes de visitar esta maravillosa aldea, te recomendamos encarecidamente conocer la leyenda del hombre pez, pues lo primero que nos llama la atención cuando entramos en Liérganes, es la fijación absoluta que existe por esta leyenda, envolviendo todo el ambiente con múltiples referencias en comercios y locales.

El protagonista de esta historia no es otro que Francisco de la Vega Casar, misteriosamente desaparecido, aparecido y vuelto a desaparecer en extrañas circunstancias. Fue el artista cántabro Javier Anievas Cortines el encargado de plasmar y fijar en el tiempo esta leyenda, a través de su escultura en bronce, que luce desnuda y con mirada enigmática a la orilla del río Miera, muy cerca del puente mayor.

Casa de los Cañones

Los lugares están íntimamente emparentados a la realidad material y económica. Es por eso, que muchas construcciones ligadas a la prosperidad, consiguen mantenerse en pie a lo largo de los años, siendo un símbolo de buen augurio. En la antigua Plaza del Mercadillo, también conocida como Plaza de los cañones y actualmente renombrada a Plaza de Marqués de Santillana, encontramos uno de los lugares más emblemáticos.

La construcción se llevó a cabo entre los años 1714 y 1716, con un estilo marcadamente barroco, y una pintoresca fachada ennegrecida, salvaguardada por dos cañones erguidos en sus esquinas.

También conocida como Casa de los Cantolla, albergó la que fue la primera Fábrica de Artillería de España, siendo provista de materia prima desde las minas de Cabárceno y Pámanes.

Bajo el dintel de la puerta de subida a la escalera, podemos leer lo siguiente: “En el suelo de las casas de sus ascendientes fabricó esta el señor Don Domingo de la Cantolla Miera, caballero del orden de Santiago, secretario de su majestad y su consejo de inquisición y las puso en cabeza del mayorazgo que fundó el año de 1715”.

Para los habitantes de Liérganes, supuso una eclosión económica que sembró de riqueza la zona.

Casco viejo de Liérganes

¿A quién no le gustaría callejear por un barrio lleno de casonas presididas por escudos? Después de haber puesto rumbo a la Plaza de Marqués de Santillana y su Casa de los Cañones, podemos perdernos por sus alrededores, pateando las calles circundantes, conocidas tradicionalmente como barrio del Mercadillo. En ellas podremos quedarnos boquiabiertos con las casonas nobles, que florecieron a luz de la bonanza propiciada por la Fábrica de Artillería.

Destaca su arquitectura montañesa, con fachadas de piedra, de las que emergen preciosos balcones adornados con flores. Algunas de estas casas señoriales tienen nombre propio, destacando Casa Rañada-Portilla y Casa Langre, entre otras.

Ecomuseo Fluviarium

Por muy íntimo que nos pueda parecer Liérganes a nuestra llegada, lo cierto es que recibe cada año una buena afluencia de turismo, y eso se traduce en la multiplicidad de ofertas culturales, así como en una amplia oferta hotelera y gastronómica. Por ello, no debe sorprendernos encontrar entre sus calles a uno de los mejores museos de naturaleza de España.

Se construyó con el objetivo de poner en valor la inmensa riqueza natural de las Montañas Pasiega y Oriental, y las cuencas fluviales aledañas. Busca condensar y exponer muestras de la biodiversidad de la zona, y resulta especialmente llamativo, tanto para niños como para adultos el Ecomuseo Fluviarium, donde se dan cita ejemplares vivos de truchas, nutrias, esturiones, anguilas y demás especies autóctonas.

Iglesia de San Pedro Advíncula e iglesia de San Pantaleón

Las iglesias constituyen una parada obligatoria, ya sea por su interés arquitectónico, o por las vistas que nos regalan. La Iglesia de San Pantaleón, localizada en la colina sur del pueblo, hace las veces de mirador improvisado. Desde allí podrás observar desde las alturas, no solo el pueblo, sino también sus alrededores. Hay que andar un poquito, pero merece la pena poder ver de primera mano esa imagen de postal tan rebosante del verdor cántabro.

Por su parte, la Iglesia de San Pedro Advíncula, emplazada en una zona algo más céntrica, es un ejemplo único en Cantabria de iglesia renacentista. Este centro de culto fue construido en el siglo XVII, y su principal atractivo sin lugar a dudas son los retablos. El más majestuoso de todos fue alumbrado entre los años 1660 y 1670, diseñado por Tirso de la Cidre y Francisco de la Torre, encontrándose en un estado de conservación inmejorable.

Ermita del Humilladero

Continuamos nuestro viaje por el legado eclesiástico de Liérganes. En el barrio de La Rañada, a las afueras de la localidad, encontramos una discreta y muy humilde ermita, justo antes de toparnos con la Casa de Cárcova Rubalcaba.

Construida en el siglo XVI, posee una planta rectangular y tres naves. Todo el interior ha sido convenientemente reconvertido, pero sí que conserva en el altar Mayor una figura de Cristo Crucificado, precisamente el mismo que le da nombre: Santo Cristo del Humilladero.

Palacio de Cuesta Mercadillo

En el mismo barrio, encontramos el Palacio de Cuesta Mercadillo, también llamado palacio de La Rañada, que fue mandado construir por Juan Cuesta Mercadillo, entre los años 1724 y 1730 y en 1994 fue declarado bien de interés cultural.

Es una de las casona más destacables de Liérganes, albergando tras sus puertas un retablo dedicado a la Virgen de Guadalupe, con un lienzo digno de ser visitado, que procede de la ciudad de México, por aquel entonces capital del Virreinato de Nueva España.

Podemos apreciar su planta en U, habiendo servido como lugar de recolecta de las rentas señoriales, amén de los productos ofrecidos por el campesinado.

Balneario de Liérganes

La oferta turística de Liérganes no se detiene en lo cultural y paisajístico, sino que también cuenta con opciones para el relax. Podríamos caer en el error de pensar que se trata de un sitio desprovisto de alma, y que no es más que la respuesta de un pueblo al incesante flujo de turistas, pero el balneario también tiene a sus espaldas una historia que se remonta al siglo XIX.

Los manantiales de La Fuente Santa de Liérganes que dieron lugar a este recinto, aparecen ya mencionados en el siglo XIX. Constituyó otro de los motores económicos principales de la zona, gracias a sus aguas cálcicas y sulfuradas, que hoy sirven también a remedios terapéuticos enfocados a paliar los síntomas de la rinitis, faringitis, laringitis, bronquitis o asma.

Senderismo

Existen diferentes actividades al aire libre de las que podemos disfrutar. El senderismo es una de las más practicadas, y nos llevará a descubrir el encanto de su entorno natural.

La Ruta de Busampiro, muy asequible incluso para realizar con niños, llega hasta las Las tetas de Liérganes, donde hemos iniciado nuestra ruta. Otra bastante popular entre los recién llegados, es la llamada Ruta de los pozos de Valcaba, que empieza y termina en el ayuntamiento. Muchos de los puntos clave mencionados aquí pueden visitarse siguiendo también rutas urbanas, siendo las más conocidas las de Monumental y del Mercadillo.

Todos los senderos están perfectamente señalizados, y encontraremos referencias y puntos de interés a lo largo del camino.

La ruta de los Pozos de Valcaba es ideal para realizar en otoño, cuando los castaños nos ofrecen su fruto. Estos pozos se empleaban para lavar el mineral de hierro extraído de las minas de Peña Cabarga. Para esta tarea se requería de perforar el suelo hasta su nivel freático, formando así pozones que fueron salpicando Cantabria hasta su abandono en los años 70. Como la naturaleza tiene la extraordinaria capacidad de abrirse paso, estos lugares, con el paso de los años, y mediante un proceso natural y desentendido, se llenaron de flora y fauna, siendo a día de hoy un gran activo de la zona.